DISERTACION
OFRECIDA POR:
ADOLFO JULIO SCHWELM
EN EL
INSTITUTO REAL
DE ASUNTOS INTERNACIONALES
CHATHAM HOUSE, LONDRES, S.W.1
EL 14 DE DICIEMBRE DE 1931
PRESIDIDA POR: SIR BASIL
PHILLOTT BLACKETT, K.C.B., K.C.S.I.
(Traducción realizada por: Paquita Lowe y Constantino Zaderenko, el 5 de Mayo 2013, o sea 70 años después de la fecha
de su discurso).
Hacia el final de la Guerra cuando me encontraba en los montes de Quebrachos, proveyendo leña al Ferrocarril Británico en la Argentina, decidí visitar
Las Cataratas del Iguazú, de cuya belleza había oído mucho. En ese tiempo en esas Cataratas nada se podía encontrar más que un cobertizo de dos habitaciones. El tráfico por el rio consistía en dos pequeños
y desvencijados vapores que navegaban en horarios no especificados y tenían mucha dificultad en batallar contra la velocidad de la corriente; estos traían turistas, generalmente gente inglesa, que venía a admirar las famosas vistas.
Debo confesar que las Cataratas del Iguazú no me dejo una gran impresión como lo había hecho en mucha gente.
Fue el escenario de los alrededores lo que me atrajo, el verde e impenetrable bosque virgen que encerraba
las cataratas, lo que era algo nuevo para mí. Permanecí ocho días allí, una mujer india me proveyó comida y un muchacho indio me acompañaba diariamente dentro del bosque, y fue allí donde cacé mi
primer venado, algunos patos y un tapir. Por las noches trepábamos a un árbol para esperar al tigre. Nunca tuve tantas ganas como a dispararle a uno, pero fui devorado por los insectos, ya que fumar no estaba permitido, y por
supuesto hablar era algo fuera de lugar.
El rio Paraná Superior (Alto Paraná) busca su camino formando múltiples curvas y rizos a través de una densa selva, sus barrancas frecuentemente
alcanzan una altura de 150 pies (1 pie = 0,3 m), y están cubiertas de bambús gigantes.
Fuera de unos primitivos pequeños claros y unas pocas chozas de paja o bambú no he visto traza alguna de seres humanos o resultados de
su trabajo.
Era justo eso lo que me gustó y lo que acrecentó mi deseo de saber que se escondía en esa selva. Un poco mas tarde volví allí y estuve varios meses sobre el rio en compañía de
los nativos. Estuve pescando y cazando y me sumergí mas y mas profundamente en las bellezas de este extraño escenario. Un día decidí que aquí compraría una franja de tierra de alrededor de 150.000 acres (1 acre
= 0,4 ha). Esta tierra no tenía nombre; hoy se llama “Eldorado” y se encuentra alrededor de 70 millas (1 milla = 1,6 km) al sur de Iguazú. Yo quería traer y asentar gente allí.
Fui inducido a la idea de la colonización,
no por una fe en mi propio poder, dado que no tenía experiencia en colonización, sino por la belleza y soledad de la Naturaleza, que parecía estar llamando por alguna clase de actividad.
Me di cuenta que nadie podía
salir triunfante de la gran guerra, y que la única salvación para la superpoblada Europa estaba en emigrar hacia nuevas tierras, dado que la civilización occidental solo podría mantenerse si era sostenida por nuevos pilares, y si
la Naturaleza con su infinita fortaleza y generosidad, era llamada a restaurar lo que el materialismo había destruido.
Estaba convencido de que no solo estaba creando algo, sino tratando de ayudar a solucionar un problema mundial. Aquí
yo hubiera fallado a menos que los densamente poblados países de Europa reconocieran que es algo hermoso producir gente y diseminar su civilización en el mundo, tal como se diseminó la Cristiandad a través de los Apóstoles,
antes que, por una falta de fe, promover una matanza de niños no nacidos.
Estas dos razones personales, sin embargo, no fueron las que decidieron el asunto. Yo tenía que asegurarme de que fuera realmente posible llevar colonos a un lugar
completamente deshabitado.
Las desventajas eran obvias. Posadas, la ciudad más cercana, se encontraba a 130 millas y estaba cercada por una selva impenetrable. No había caminos ni puentes, y el correo solo llegaba a Posadas. Médicos,
escuelas e iglesias se tenían que buscar allí, pero hasta allí solo había selva, habitada por unos pocos nativos. Estos no tenían mas que ramas y hojas de árboles con los cuales hacer sus chozas. El nivel de su civilización
era el más bajo imaginable.
Sin embargo mi decisión fue reforzada por consideraciones vitales.
La red de ferrocarriles de la Argentina fue construida con capitales ingleses, que contribuyeron mucho en la apertura
del país. Por la gentileza de las Compañías Ferroviarias Inglesas yo pude viajar a través del norte, sur, este y oeste de la Argentina, y de hacer comparaciones con vistas a decidir el lugar más adecuado
para fundar un asentamiento.
La Argentina es un país excepcionalmente rico, tiene gran cantidad de tierras fértiles, muchas tierras con pasturas, y yo encontré muchos lugares que eran prometedores y que parecían pedir que
se los colonice.
Pero no encontré ningún distrito donde uno podía contar con cosechas seguras, y donde al mismo tiempo las condiciones de vida que yo aspiraba pudieran ser encontradas tanto por los pobres como los de bajos
recursos. Quiero decir con esto que: o las tierras eran demasiado caras para un hombre que sale al mundo con £ 200 en sus bolsillos, o la obtención del confort más primitivo, o de los implementos agrícolas necesarios, consumirían
todos sus bienes.
Entonces volví al rio Paraná y fundé mi asentamiento en las tierras de la selva, por cuatro muy buenas razones: agua, leña, madera y muchos medios de subsistencia.
Quien pueda encontrar estas
condiciones en cualquier parte del mundo, si éstas están combinadas con un clima saludable y una vía de agua natural como el Paraná, puede confiadamente tomarse la responsabilidad de una colonización.
Por agua sobreentiendo,
por supuesto, agua potable y lluvia. En la región de la selva de Misiones se encuentra agua fresca en todas partes, ya sea vertientes o pozos, en cuyo caso el agua se encuentra a muy poca profundidad. La tierra esta surcada por incontables cursos
de agua y la hemos dividido de tal forma que el agua fresca se encuentra en cada parcela.
Ustedes saben, yo estoy seguro, en cuántos lugares de la tierra el agua es tan escasa, y cuanto tiempo y dinero es gastado por aquellos que apenas
pueden conseguirla en los fondos de los pozos. En Misiones el régimen de lluvias es de 6 pies cúbicos (1820 mm) en el transcurso del año, no hay necesidad de costosos trabajos de riego, y no existe la posibilidad de la pérdida
total de una cosecha.
Por fuego entiendo leña. La foresta de Eldorado contiene un promedio de 30 toneladas de leña por acre. Esta es no solo de obvio uso para necesidades domesticas, sino que también es de gran importancia
para el tostado de la Yerba. La Yerba es el té argentino, y se necesitan grandes cantidades de leña para su preparación. También muchas de las industrias que florecen en una creciente población resultan más
económicas por disponer de leña.
La forestación de Misiones difiere del tipo de forestación uniforme tal como los montes de Quebracho del Chaco, los montes de Pino del Canadá, o los montes de Eucaliptus de Australia,
en cuanto a que contienen una gran variedad de arboles. Se encuentra madera de construcción de primera clase que provee material para la construcción de edificios de todas clases, mas aun, a medida que progresa el desmonte los colonos pueden
vender su madera a los aserraderos.
En la abundancia de estos suministros Misiones rivaliza con la tierra que derramaba leche y miel y uno puede contar con cosechas seguras de tales cultivos como Mandioca, maíz, papas, batata, melones,
gourdes, hortalizas de todo tipoy frutos sub-tropicales, al igual que muchas frutas que crecen en los montes, y miel silvestre.
Pero aun el mejor suelo, el bosque más hermoso, y el fuerte sol y lluvia no serán suficientes para crear
la colonia. Este punto, yo lo tenia claro antes de empezar. Era necesario crear las condiciones que deberían hacer, en primer lugar, la vida posible y más tarde, más fácil para los colonos.
Antes que nada se necesitaba
un relevamiento topográfico general, caminos, puentes, hosterías para los recién llegados y suficiente mano de obra para hacer los desmontes y asistirlos en la construcción de sus casas. Se debían conseguir semillas
para las primeras siembras, y también ganado, chanchos y pollos.
Algunos carpinteros y herreros eran necesarios, un taller mecánico y por ultimo pero no menos importante un almacén donde comprar las provisiones a precios
razonables.
En los comienzos uno no podía esperar que nadie pusiera un hotel por su cuenta, ni un almacenero iniciar negocio por si acaso los colonos pudieran venir; ambos debían ser instalados por la Administración.
Uno
debía mantener una cantidad de caballos, ganado, etc. Para asistir a los nuevos colonos, probablemente carnear el ganado así como levantar un aserradero o posiblemente subsidiar al primero que instalara uno; realmente uno debía gastar
una fuerte suma de dinero en lo que se podría llamara gastos de desarrollo.
Uno probablemente debía comprar los primeros carros y acoplados para facilitar el transporte. Uno perdía su dinero porque para manejar tal variedad
de demostraciones por administración es en si difícil, y mas aún en un area recién abierta donde obviamente había una falta de hombres eficientes. Y ahora viene lo que parece Gilbertiano (jocoso), cuando una de las diferentes
empresas empezara a resultar próspera uno debía venderla tan pronto pudiera, porque los colonos no quieren que uno gane dinero por transporte, ellos no desean comprar la madera ni quieren que gane con le almacén. Cuanto mas rápido
se les hiciera sentir que la tierra debe ser explotada por los colonos y no los colonos por el colonizador , era mejor para el desarrollo de la Colonia.
En muchas empresas de similar naturaleza se ha dado el error de crear monopolios de almacenes
de propiedad de la Compañía, y ésto resulta bastante tentador desde el punto de vista pecuniario, pero no resulta en el largo plazo, dado que solo genera resentimientos. Otros han hecho grandes plantaciones y asentaron gente pobre
a su alrededor para tener mano de obra barata; esto nunca resulto realmente exitoso. Uno debe decidir si quiere que los colonos se conviertan en propietarios, o uno desea permanecer como terrateniente con cientos de privilegios.
La colonización
se puede dividir en tres etapas. La primera es comparativamente hablando, fácil. Significa convencer a un grupo de gente mediante propaganda, con elocuencia, apelando a la imaginación, a su necesidad de dinero o a su espíritu de
aventura (incluso posiblemente de algunos que no quieren pagar impuestos), en seguirlo y asentarse donde fuere; incluso podría llegar a decir, que si no se es escrupuloso en los métodos que se emplean, se los puede asentar en cualquier lugar.
Lo que es difícil, y realmente difícil, es la segunda etapa que es la de hacerlos quedar, y más, aun establecer una corriente permanente de inmigración lo cual es solamente factible si se tuvo éxito en lograr tener al
primer grupo contento.
Si yo pude llegar a la tercera etapa, que es la de un real desarrollo, esto se debe principalmente a dos razones, primero la fertilidad del suelo; y en segundo lugar a mi obstinación. Allí estábamos
en un mundo nuevo, pocos de nosotros teníamos una verdadera experiencia, el transporte por rio era difícil, los caminos eran malos, los caminos de la foresta en clima húmedo son siempre malos en los primeros años, no había
confort y había pocas perspectivas de obtenerlo.
Me di cuenta que debía hacer una de las dos cosas, abandonar o apurarme a seguir adelante y proveer a los colonos no solamente de las necesarias plantas y semillas como pensaba al principio
sino también con consejos técnicos, y comenzar una granja experimental para evitarles tener que pasar años haciendo experiencias que significarían una perdida de tiempo, dinero y energía, y probablemente podría descorazonar
a muchos.
Puedo decir que afortunadamente preví esto en los comienzos de la Colonia, dado que ganar experiencia junto con los propios colonos es un error que se hace comúnmente por las Compañías Colonizadoras, y significa
que para el tiempo en que la Compañía Colonizadora sepa que plantar y donde vender?? los colonos ya habrían quebrado.
La Compañía Colonizadora debe estar siempre bien adelantada, debe estar capacitada
para dar un consejo definido sobre lo que podemos llamar “cosecha segura”, desde ambos puntos de vista, de la producción y de la venta, lo cual no quita la experimentación, por el contrario, es más que deseable
que ello sea constantemente hecho con vistas a diversificar la agricultura y las plantaciones.
Mientras que indudablemente era excesivamente difícil iniciar un asentamiento en un distrito totalmente no desarrollado, esto también
tenía grandes ventajas. No había opinión pública, no había intereses encubiertos. Me era permitido hacer lo que se me viniera en gana. Cometí errores, pero tuve tiempo para corregirlos antes que estos se hicieran
sentir. Solo menciono esto dado que es tan extraño para todos los que estamos tan acostumbrados a las leyes, al orden y las cintas rojas (burocracia), mientras que aquí el irrestricto poder me asistía en gran manera y aceleraba
el desarrollo de la Colonia, sabemos que en otras partes del mundo esto condujo a grandes excesos.
En este punto podría valer la pena explicar el sistema que establecí para la venta de tierras a los colonos, y mostrar el interés
compartido de planificar y trabajar para el beneficio, tanto del propietario de la tierra como del colono.
La colonización no debe ser comenzada con la idea de quitarle al propietario de las tierras, para dárselas
al colono, como harían los socialistas, ni intentar hacer del pobre un rico, uno debe dar una oportunidad a aquellos que la desean trabajar, de convertirse en propietarios de su tierra trabajando en ella.
La colonización debe ser
un emprendimiento humano, pero no debe ser confundido con caridad; la tierra debe ser vendida a los colonos a un precio que le permita pagar por la misma un precio dentro de un periodo razonable de tiempo con los resultados de su labor.
El otorgamiento
de créditos o beneficios similares debe ser en lo posible evitado. La gente sencilla acepta el dinero con facilidad sin darse cuenta cuan difícil resulta devolverlo. Podría surgir la objeción de que cuanto mas dinero tengan
los colonos a su disposición mas rápidamente progresarán.
Esto podría ocurrir en algunos casos, pero tiene esta desventaja, la Colonia perdería lo que yo considero la cualidad más importante de todas, solidez,
lo cual en el largo plazo es el camino mas rápido para su desarrollo.
Por supuesto, no toda la gente progresó de la misma manera en Eldorado. Entre los que llegaron hace cinco o seis años con una pequeña
cantidad de dinero, tal vez hoy uno tenga una vaca, otro tenga diez, uno tenga cinco chanchos, otro cuarenta chanchos.
Pero sea lo que fuere lo que obtuvieron, plantaciones, implementos, ganado o lo que fuere, es de su propiedad, no deben nada.
Por lo tanto, el problema social moderno de la pobreza y la dependencia que conlleva, es solucionado aquí en gran medida, porque si uno depende de una persona privada, de la caridad de sus familiares, o como en este país, de la
dádiva, el mal es el mismo.
Repito que para los colonos debe ser posible pagar por su tierra en un periodo razonable de tiempo. Por tal entiendo cinco años. No apruebo los sistemas que les da plazos de quince a veinte años
para sus pagos. Definitivamente esta es la causa de mucha infelicidad y descontento.
Hay Compañías que por su propio interés atraen colonos, presentándoles facilidades de pago, pero en la práctica esto
es malo, la pre-disposición del colono no dura lo suficiente. Por ejemplo, un hombre que trabaja siete años en la tierra y entonces tiene una mala cosecha, se desanima fácilmente y comienza a ir en decadencia, después de lo cuál
nunca será capaz de pagar sus deudas. La compra de una casa en sistema de cuotas, como frecuentemente se hace aquí, es una propuesta bastante diferente. En este caso un hombre toma posesión de un edificio y pasa a disfrutarlo
completamente. El otro caso es completamente diferente, el asunto no es el simple pago de la tierra, sino el de incrementar su valor construyendo una casa en el, realizando plantaciones sobre el mismo y comprando ganado. El colono esta siempre construyendo,
siempre incrementando sus bienes, y en un cierto punto se preguntará si es conveniente ahorrar dinero para pagar sus deudas o es preferible comprar dos vacas más.
El debería saber mejor como organizar sus finanzas, pero
como la mayoría de la gente, no lo sabe, y por lo tanto es mejor que pague por su tierra lo antes posible para librarse de la mayor de sus obligaciones. Más aún, el colono es estimulado por la idea de que en poco tiempo no tendrá
más obligaciones con la Compañía Colonizadora, que será completamente libre y por lo tanto la relación entre el colono y la Compañía Colonizadora es totalmente amigable.
Puedo decir que mi condición
en la Colonia es la de un vecino, soy en realidad el mayor granjero (lo digo con cautela, el mayor, no el mejor). Al decir que la tierra puede ser pagada en cinco años, me refiero a que la tierra, el mercado y la organización de la Colonia
son tales que un hombre que realiza una cantidad de trabajo normal, puede ganar en este periodo lo suficiente para ser propietario de su tierra.
Naturalmente no debería decir esto en ninguna publicación, porque si lo hiciera, la
gente podría venir, hacer efectiva su primera cuota, no trabajar, y eventualmente hacerme responsable por el hecho de no haber alcanzado sus objetivos.
Menciono esto solo para aclarar que ni el precio de la tierra ni la forma de pago fueron planeados
azarosamente.
Probablemente sepan que muchas Colonias tienen el sistema de construir casas estándar para los colonos que son pagadas con el transcurso del tiempo. Siempre estuve en contra de este sistema, porque la construcción hecha
por la administración es siempre cara y en un lugar como Eldorado, donde los colonos tienen materiales de construcción en su propia tierra, y pueden construir y reconstruir según sus deseos, se vuelve muy barato para ellos.
Más
aún todo el sistema de estandarización es antipático para mí en todos sus aspectos, y hago todo lo que puedo para apoyar y animar el individualismo de la gente. En Eldorado se pueden ver casas de dimensiones que varían
de acuerdo a la cantidad de capital de sus dueños, y de todos los estilos.
Se puede encontrar una que imita una cabaña de campo danesa, con un techo alto, otra recuerda edificios de la Selva Negra, y hay bungalows que recuerdan a los de
Australia y Nueva Zelandia.
Sin embargo la gente tomó en consideración las nuevas condiciones climáticas, generalmente construyen en dirección NE y SO, debido a las corrientes de aire, la copiosidad de las lluvias requiere
fuertes pendientes de los techos especialmente los de tejuelas de madera , y generalmente hay anchas verandas para protegerse del sol de la tarde.
Fuera del caos de las diferencias arquitectónicas de la Colonia, lo que le da un atractivo
propio, gradualmente se irá formando un estilo propio que entonces llamaremos estilo Eldoradense.
Con respecto a la venta de tierras, cuando por ejemplo alguien llega con muy poco dinero, se le recomienda comprar un lote pequeño
dado que será grande para el solo y en el supuesto de que se case le alcanzara para los primeros años de su vida de matrimonio.
Si arriba un hombre con la misma cantidad de capital y con niños pequeños, le recomendaremos
que compre aún menos tierra, porque su esposa estará ocupada con los niños por varios años venideros y su crianza cuesta dinero.
Si viniera con el mismo capital y con tres hijos mayores, le recomendaríamos comprar
tres veces mas tierra porque sus hijos le permitirán cultivar granos de diferentes clases, cosa que los que no tienen hijos solamente podrían hacer contratando personal.
Por el hecho de vivir tanto tiempo entre los colonos,
pude desde los comienzos estudiar sus diferencias individuales, y no trate de adaptar a los colonos a mis teorías, sino más bien fundar mi colonización sobre la base de las necesidades de los colonos.
Por lo tanto desde los comienzos
se crearon diferentes clases entre los pobladores, de acuerdo a sus circunstancias financieras o familiares.
Probablemente quieran saber que nacionalidades se adaptan mejor a la colonización. De la experiencia que obtuve debo decir que
fueron las razas Nórdicas.
Comencé mi colonización con los Daneses quienes se asentaron en las afueras más distantes y en las circunstancias más difíciles; luego vinieron Alemanes y Suizos. Las tres
razas fueron exitosas a su diferente manera. Las plantaciones fueron hechas principalmente por los daneses, el cultivo del tabaco y la cría de chanchos por los alemanes, mientras que los Suizos mostraron tendencia hacia la cría de ganado y trabajos
de lechería. Sin embargo uno no puede marcar líneas con rapidez y claridad en este asunto, y un visitante de la colonia puede no darse cuenta de esto en absoluto. Aun así hay un gran valor económico en estas diferencias
de gustos individuales entre los pobladores que se complementan unos con otros.
No considero inteligente mezclar nacionalidades en un nuevo país y por lo tanto me contuve en hacerlo para hacer más fácil para los colonos en los comienzos
y en vistas a la vida social que desarrollarían luego.
Las diferentes nacionalidades viven separadas y los recién llegados son referidos a su propia gente, los que podrán ayudarles y aconsejarles mejor que aquellos que
no conocen nada de la vida y costumbres anteriores. Al estar tan ligados por muchos intereses comunes las diferentes nacionalidades se llevan bien estando agrupadas; entre si, como siempre, mantienen sus tradiciones.
Hay solo unos pocos
colonos ingleses: porque a pesar del hecho de que se haya invertido tan vasto capital Británico en la Argentina, sin embargo, aparentemente no hubo intenciones en acompañar con gente esta gran inversión.
Es cierto que la Argentina
no forma parte del Imperio Británico, pero si, como en este caso, se pensó conveniente invertir £ 450.000.000 en el bienestar nacional de un país extranjero, seguramente también se debería haber considerado
la conveniencia de captar la ventaja de ganar prestigio por este medio; esto solamente se podría haber hecho mediante la inmigración de un número proporcional de personas a este país.
No he dicho nada en mi disertación
acerca de las condiciones originarias de esta Colonia, dado que esta muy romántica historia, no entra dentro de los alcances de esta disertación.
Se puede dar por sentado que los indios vivieron allí hace tiempo,
también supe que los Jesuitas tuvieron un asentamiento allí en los siglos XVII y XVIII, pero toda traza de su presencia fue borrada por la selva. Mas tarde, cuando yo comencé a desmontar claros, pasamos por lugares que debieron
ser cementerios, y allí encontramos urnas hechas con arcilla cocida (algunas de las cuales estaban pintadas) y también se encontraron hachas de la Edad de Piedra. Esto es todo lo que pude descubrir acerca de los previos habitantes de Eldorado.
Pero estuve equivocado al creer que estaba deshabitado. Después de seis años de colonización el camino hacia el interior se iba extendiendo, y fue cuando, a diez millas de la costa, repentinamente apareció un grupo de indios
desnudos, armados con arcos y flechas y que preguntaron por sal a mis obreros. Comprendí que un pequeño asentamiento de indios vivía a unas veinte millas de la costa.
Ellos pertenecían a la rama india Guayakies y se
sostenían enteramente cazando y pescando. Ellos deben haber vivido por un largo tiempo en el distrito del arroyo Piray Mini, ciertamente mucho antes de que yo llegara allí; ellos esperaron pacientemente porque creían que yo, al igual
que muchos otros, me iría. Finalmente les pareció que seria provechoso llegar a un acuerdo conmigo, de modo que los representantes del jefe vinieron a pedir la concesión de una parcela de tierra donde estaban construidas sus
chozas, lo que por supuesto les garantice gustosamente.
Ahora vienen frecuentemente a la Colonia y pronto se acostumbraron a usar ropas; asimismo su instinto comercial parece estar fuertemente desarrollado, dado que llevan un activo comercio
en arcos y flechas y canastas tejidas a mano.
Ahora quisiera contarles acerca de las primeras etapas de la vida de los colonizadores, y debo explicar algunas cosas, desconocidas para mucha gente, porque no se aplican a otras partes del mundo y
suenan bastante increíbles.
Estas se encuentran entre las múltiples razones por las que elegí la tierra selvática de Misiones:
- El monte es apeado por los nativos, quienes aceptan este trabajo
mediante acuerdos. Pero no es necesario desraizar los arboles; con excepción de una o dos especies de madera dura, las raíces se pudren en un par de años y mejoran la tierra, lo cual es por supuesto un gran ahorro de
trabajo y gastos.
- La tierra de la selva virgen de Misiones puede ser sembrada con granos que producen cosechas anuales durante tres o cuatro años por lo menos. Si la plantación es de naturaleza permanente, nunca necesitará
ser arada.
- La naturaleza excepcionalmente rica del suelo, que no requiere abono es otra ventaja; En Rio Grande do Sul en Brasil donde el suelo es similar, la tierra ya fue laboreada durante 100 años sin recibir abono.
Si estos tres puntos son tomados en consideración ustedes entenderán por que la gente, con escaso o ningún conocimiento de agricultura, ha tenido éxito. Frecuentemente digo que en Europa una buena cosecha se debe
en nueve decimos a la inteligencia del agricultor y en un décimo a lo que da la tierra. En Misiones el suelo aporta nueve decimos y solo demanda un décimo del colono.
Toda la cuestión del cultivo de la selva conduce finalmente a
esto: No importa mucho cuantos acres uno puede plantar como cuantos acres uno puede mantener libres de malezas. En esta materia el colono tiene el mejor consejo técnico a su disposición.
También se le explica que por el tipo de
árboles y por el sotobosque uno puede juzgar la calidad del suelo; ciertas, por ejemplo clases de bambú solo crecen en suelos profundos. A medida que uno se acerca a los arroyos, que frecuentemente el suelo se vuelve pedregoso,
esta clase de bambú desaparece y es reemplazada por otra clase.
Cuánto mejor es la tierra mas altos crecen los cardos. Mientras que los Cactus prosperan en terrenos pobres y pedregosos. Donde crecen las Lilas en la selva, generalmente
esta húmedo. Las Begonias salvajes y helechos se encontrarán cerca de caídas de agua.
El bambú es una planta muy útil. Yo la utilizo principalmente como macetas baratas para plantines delicados.
Pero poniendo un cierto número de cañas juntas uno tiene una cama bastante confortable.
También pueden ser usadas como techo o para proteger un vivero contra el sol. Si uno tiene sed y llega a un arroyo o cañada,
uno corta una caña de bambú y queda provisto de un excelente vaso para beber; y finalmente, los nativos se hacen una especie de flauta con estos bambúes, con las cuales tocan sus tristes melodías.
Cada colono extiende
su propiedad año a año según su dinero y tiempo lo permiten. Una cierta cantidad de bosques es conservada permanentemente para tener una reserva de leña.
Después que los restos del desmonte hayan
sido quemados el inmediatamente se dedica a plantar las necesarias plantas, comestible tales como maíz, mandioca, batatas, y tal vez calabazas y melones.
Luego se dedica a la construcción de la casa en lo cuál
nuevamente cuenta con el beneficio de nuestros consejos.
Si posee hijos mayores puede plantar uno o dos acres de tabaco el primer año, La semilla se le entrega sin cargo. Luego el primer pasto es plantado cerca de los cursos de agua y se extiende
a una porción de pradera.
Cuando el maíz y la mandioca maduran, el colono compra sus primeros chanchos y una vaca. Las gallinas las puede criar desde el comienzo. Acerca del maíz no necesito decir nada dado que es bien conocido
por Ustedes. Probablemente también conozcan la mandioca?.
La mandioca, es muy importante como alimento para seres humanos y para el ganado también. El almidón, la tapioca y la glucosa pueden ser obtenidos de ella mediante
métodos industriales.
Las batatas son muy nutritivas e incrementan la producción de leche de las vacas. También son mas ricas en albuminas que las papas y la mandioca.
A través del año con la excepción
de la mitad del verano, los colonos plantan hortalizas. Dos veces al año pueden plantar papas. Una vez que ha plantado lo que necesita para vivir, puede empezar a disponer de plantaciones permanentes.
Una de las primeras plantaciones
que dispuse en Eldorado fue el “Ilex Paraguayensis” el árbol cuyas hojas y pequeños brotes se usan para hacer Yerba Mate, el te Argentino. Ahora hay cerca de cuatro millones de estos arboles en la Colonia.
La Argentina
todavía importa alrededor de 60.000 toneladas de Yerba principalmente de Brasil, y Paraguay, y yo inicie estas plantaciones inmediatamente, dado que es una buena inversión para capitalistas y trae considerables retornos para
el colono.
La apertura de caminos, la conformación de un plantel administrativo, la introducción de las clases correctas de semillas, plantas y ganado, etc., me dió una enorme cantidad de trabajo. Recuerdo que en el comienzo
traje 12 vacas Hereford de las cuales 11 murieron de inmediato; apenas pude formar una nueva manada cuando cayeron sobre nosotros nuevas enfermedades de patas y boca y todas las vacas murieron.
Parecía no haber fin para los trabajos y dificultades;
afortunadamente estos días ya pasaron. Los colonos tienen muy buen ganado, y aunque el rendimiento de leche no es tan bueno hasta ahora, aun así en considerablemente mayor que el de las vacas s de las Pampas Argentinas.
Además
de resolver estos problemas prometí construir una estación de radio y lo presente al gobierno Argentino. Esto tampoco fue tan simple, dado que se tuvieron que cocer ladrillos por primera vez.
Un viejo Galés
y su hijo hicieron los primeros ladrillos y un Francés levantó el edificio. Cuando fue inaugurado en 1921, la antena no había llegado aun; se pidió colaboración a un Irlandés y este colocó una caña
de bambú de 40 pies encima de un árbol alto. Este bambú funciono exitosamente durante una año entero.
Administré el sistema postal ad honorem durante los primeros años hasta que finalmente el Gobierno
se hizo cargo. También construí casas para el juez y para la policía.
A medida que las principales dificultades fueron gradualmente superadas, volví una vez mas a la Naturaleza. Durante los primeros
años cuando vivía casi todo el tiempo en un pequeño claro hecho en la selva empecé a darme cuenta de que la naturaleza, no ayudada por el hombre, raras veces es hermosa.
Cuando uno ha explorado, como yo lo hice, a través
de la selva donde el sol raras veces penetra, donde pocas veces se ve un pájaro, y donde todo se ve oscurecido por la densidad de la maleza, uno ciertamente descubre que tiene un cierto encanto particular, pero que no puede ser llamado belleza.
Las líneas y las formas son irreconocibles, y los colores apenas se pueden distinguir en la tenue luz.
Un solitario rio con márgenes sin cultivar y su vegetación eternamente inmutable, resulta ser monótona.
Lo que
agrada y atrae el ojo humano es la franja de bananeros que quiebra la monotonía del terreno, la iglesia parada sobre una colina, las doradas naranjas que se destacan del fondo oscuro de su follaje. Inconscientemente nos regocijamos cuando
la curva del rio descubre grupos de casas de techos rojos.
Estos techos generan una sensación de vida en nosotros. Piensen por un momento en la Isola Bella sobre el Lago Maggiore. No es la isla en si lo que admiramos sino las severas líneas
del castillo y de los cipreses que el Conde Barromeo plantó en el siglo XVII. ¿Qué admiramos en Inglaterra? Seguramente son los robles y los olmos y los abedules con sus cortezas plateadas y los vallados que rodean las bien plantadas
pasturas.
Lo que hace hermosa a Inglaterra es la forma en que fueron delineadas las vistas; los árboles fueron plantados donde tendrían mayor efecto. Si todo el país fuera como las planicies de Salisbury, o si como en los viejos
tiempos estuvieran cubiertas por un bosque virgen de Robles, no seria famosa como lo es ahora, por la belleza de su campiña.
Imbuido de tales ideas empecé a trasplantar arboles jóvenes de la selva, o criarlos partiendo de semillas,
y de tratar de disponerlos en grupos o hileras, de acuerdo a lo que me parecían estar mejor adaptadas y lo que parecía ser mejor para el paisaje futuro.
De otras partes del mundo traje cipreses pinos, plantas de té de Assam,
arboles del caucho, eucaliptos, la bella Pointiana Regia, palmeras de la India, y muchas otras.
En arboles frutales introduje diferentes tipos de naranjas de California, de Palestina, de China y de Brasil; También variedades de limones
y pomelos, diferentes especies de bananas y piñas; plantas textiles, y el árbol de Tung, originario de China, que produce el mejor barniz.
Hibiscus rojos y rosados (rosa china), azaleas y la estrella federal y muchas otras matas
y arbustos con flores , y árboles que fueron traídos para ayudar a dar vida a los paisajes.
El objetivo fue crear para mi propio placer estético un nuevo tipo de paisaje, y en la medida que los colonos se involucrasen,
aconsejarles sobre la producción y rentabilidad de las nuevas plantaciones, de manera que no tuviesen que depender solo del tabaco y la yerba.
Resulta agradable ver cuan rápidamente responde el amor de la gente por la belleza cuando
se los guía.
A lo largo de la Colonia se pueden ver miles de mis hijos, sobreentendiendo por tales, a los árboles que han brotado de semillas o estacas y palmeras de todo tipo, que los colonos vieron crecer en los jardines de mi propiedad.
Y así, gradualmente, nació la rivalidad entre ellos, no solamente en quién tuviera la mejor plantación sino también en quién seria el dueño del jardín más hermoso.
Para volver al
mero aspecto práctico de las cosas, el negocio y comercio se desarrollo con el aumento de la prosperidad de la colonia. Hay muchas tiendas y almacenes pero las cosechas principales son vendidas directamente a los consumidores y no a través de
intermediarios.
Me siento enteramente contrario respecto a las cooperativas. En el caso de los productores de lechería Daneses o del “Espíritu de Confianza” de los Alemanes habría mucho que hablar, y en Inglaterra
podría bien ser recomendable, pero para vender todos los productos de la tierra a través de un sistema cooperativo seria un procedimiento altamente peligroso.
Es mucho mas fácil decidir a que precio se venderá un centenar
de búshels (recipiente para medir granos equivalente a 36 kg.) de trigo que decidir el precio de cien millones de búshels, y los administradores de las cooperativas no son profetas ni dioses.
Al no apoyar la causa de las cooperativas
tuve que aplicar una fuerte acción de propaganda, porque hay mucha gente, principalmente en el Continente, que cree que si cincuenta personas que no tienen nada se unen para formar una cooperativa ipso-facto se volverán ricas.
Tengo razones de peso para oponerme a las cooperativas, en todo caso al principio; Para entender plenamente estas razones uno debe haber vivido en una colonia. En un nuevo asentamiento resulta obvio que los colonos se encuentran enteramente ocupados
construyendo sus casas y tratando por amor a sus familias, de restituir tan pronto sea posible los estándares de civilización que dejaron.
En Europa es fácil encontrar gente que habiéndose alejado de una vida activa,
voluntariamente se interesen en trabajos de naturaleza filantrópica o publica. Naturalmente esta clase de personas no existe en un nuevo asentamiento.
Los únicos que buscan tales empleos son los “temerosos del trabajo”, aquellos
que probablemente posean muy poco y que estarán felices de administrar las posesiones de otros. El sistema cooperativo ha conducido a terribles reveses en nuevas colonias y debe ser tratado con mucho cuidado.
Me alegra poder decir que el
Gobierno Argentino ha favorecido mi trabajo de colonización en todos los sentidos posibles: los argentinos son muy patriotas y están agradecidos a todos los que aportan crédito a su País, ya sea de carácter espiritual
o material.
En todas mis luchas tuve el apoyo de las autoridades, especialmente del Ministerio de Agricultura, la Dirección de Inmigraciones y de los Gobernadores del Territorio de Misiones.
Finalmente unas pocas palabras acerca de mi
concepto de colonización
La colonización es posible donde los resultados perseguidos no impliquen un excesivo sacrificio de parte del hombre, y siempre que los limites fijados por la naturaleza del suelo sean siempre tenidas en mente.
Es entonces un estudio de la Naturaleza y del carácter humano, y de la ciencia, para lograr una feliz combinación entre los límites impuestos por la primera y la energía de los segundos.
La colonización puede
ser exitosa en el caso en que los hombres estén preparados para liderar a sus semejantes con la mayor imparcialidad, y estén listos para ayudarles en las dificultades iniciales, inherentes a cualquier trabajo creativo, ya sea este un pequeño
asentamiento, o un imperio.
La colonización es un derecho auto-asumido de aquellos que sintiendo que el materialismo no puede ser la esencia de la vida, acuden a las fuerzas de la naturaleza disponibles para ayudar a la libre humanidad contra
la esclavitud de la industrialización moderna.
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Eldorado, 10 de mayo de 2013
Comentario sobre la Disertación del Señor Adolfo Julio Schwelm
(Reflexiones de Paquita Lowe y Constantino Zaderenko, 10-05-2013)
Al investigar los orígenes de la fundación de Eldorado surge de inmediato la figura de su fundador, el Señor Adolfo Julio Schwelm.
Esta
figura, conocida y muy recordada por todos los que tienen sus raíces en esta localidad es la de un personaje de fuerte carácter y gran aptitud como líder, que logro transformar una región de la Selva Misionera en una colonia progresista
y luego Municipio, que hasta hoy se destaca por su desarrollo dentro de la Provincia.
Los recuerdos de aquellos que lo conocieron y trataron con él se mezclan con situaciones particulares y aspectos familiares y sociales de sus propias
vidas y de las del Fundador en aquellos tiempos y en tal sentido son diversos, para algunos fue un guía y protector y para otros una persona ambiciosa con objetivos que ellos no definen con clari
Pero lo que es indiscutible es la
presencia de la pujante ciudad de Eldorado, muy alejada de Buenos Aires y de otras ciudades importantes en una región donde hasta 1900 solo había selva, algunos indígenas y animales salvajes.
En la recopilación de datos
históricos llego a nuestras manos un escrito que relata la disertación hecha por Don Adolfo J Schwelm ante el INSTITUTO REAL DE ASUNTOS INTERNACIONALESdel Reino Unido, .cuyo análisis permite descubrir facetas
poco conocidas del fundador y que nos parece importante señalar.
En primer lugar debemos ubicarnos en la época, en que una presentación ante una institución tan importante de la Corona Británica era un hecho
transcendental en si porque haber logrado ser escuchado por destacados Funcionarios de la Corona, a su vez miembros de la Realeza significaba un reconocimiento a grandes meritos del disertante. La disertación fue presidida por SIR BASIL
PHILLOTT BLACKETT. Recordemos que en aquellos tiempos los funcionarios públicos del Reino ocupaban cargos honorarios obtenidos por demostrados meritos y estas personas además de ser miembros de la realeza poseían una solida instrucción,
conocían todo lo referente a ciencias sociales, ciencias naturales, artes y religión, además conocían el mundo por haber viajado a distintos lugares y sobre todo gozaban de un alto prestigio moral y social.
Lo
que acabamos de decir acerca de la audiencia es importante porque permite comprender el ambiente en que se desarrollo la disertación.
Aquí debemos decir que la disertación de AJ Schwelm se encuentra a la altura de su auditorio
porque demuestra que el disertante evaluó acertadamente cada uno de los posibles intereses de los asistentes y presentó un trabajo que cubre todos esos aspectos.
Podemos ver que la disertación sigue un orden lógico
digno de un trabajo científico y muestra una sólida preparación del disertante en los más variados temas. AJ Schwelm sabía que los que lo escuchaban también eran gente conocedora de esos temas pero también
era consciente de que su ventaja frente a ellos era el haber estado, vivido y superado adversidades, en los lugares que estaba describiendo, mientras que el conocimiento de los oyentes era más bien académico.
Lo dicho
demuestra inteligencia y habilidad en AJ Schwelm para presentar los hechos e ideas. También demuestra que contaba con una preparación intelectual del más alto nivel para la época.
Schwelm explota los sentimientos
patrióticos de los oyentes cuando habla de las realizaciones e inversiones por ingleses en la Argentina. Los sentimientos de heroísmo y sacrificio, tan valorados en ese entonces, cuando se refiere a sus trabajos en pro de la colonización
y de la vida de los colonos en escenarios tan adversos en un principio. Con mucha prudencia, sugiere la posibilidad de una colonización por parte del Reino Unido, También demuestra sentimientos altruistas y religiosos respecto a la
Colonia y sus habitantes. También resalta la situación mundial de post guerra y cambios sociales en el Viejo Mundo.
Cuando menciona y describe a los aborígenes de la región, lo hace con sumo cuidado y criterio,
demostrando su intención de no perjudicar sino más bien civilizar a los habitantes originarios.
Lo mismo demuestra al referirse a las distintas razas de sus colonos al tratar de brindarles libertad para
conservar sus tradiciones y costumbres y a la vez aprovechar las distintas habilidades y conocimientos de esta gente.
También muestra un fuerte sentido estético y deseo de crear un ambiente de civilización y progreso porque
evidentemente fue siempre su intención el ser un habitante más de esta colonia.
Muestra poseer un gran sentido práctico para distintos emprendimientos y conocimientos de economía, que en aquella época no
eran comunes, como para liderar el desarrollo de la colonia y prever los riesgos y beneficios de distintas actividades de la Colonia.
Como cierre podemos opinar que Adolfo Julio Schwelm demuestra ser una persona con grandes ideas, y
ambiciones que no podemos calificar como exclusivamente personales, un fuerte carácter y personalidad convincente y una gran perseverancia y fe como para promover y poner en práctica esas ideas en un lugar alejado de la civilización con
gente de diversos orígenes.
Creemos que con estos méritos cualquier situación particular del Fundador pierde importancia y queda una figura digna de recordar y si se quiere tratar de emular con las adecuaciones necesarias
en los tiempos que nos toca vivir.
Finalmente nos queda recomendar la lectura de la disertación completa que les permitirá conocer interesantes detalles del periodo de la colonización.
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sobre discurso: Paquita Lowe (año 201