DON ESTEBAN ROULET
TRABAJADOR INFATIGABLE.
Edición Especial de ALTO PARANÁ del 29 de septiembre de
1956.
“En los pueblos, dentro del
concierto de nombres que por propia gravitación se hacen acreedores a la
mención especial, figuran aquellos que tras ardua y fecunda labor, llevan
consigo parte del progreso y evolución conquistadas a través de los años.
En esta larga lista, sin
lugar a dudas, debe destacarse la figura de Don Marcos Esteban Roulet. Su
nombre, al repasar los años, adquiere magnífica trayectoria por su innegable
demostración de empeño, perseverancia, y lo que es más, un franco y saludable
optimismo. Su personalidad resalta más aún por su inquebrantable espíritu de
empresa. No se arredra ante los sinsabores del monte, ante lo inhóspito de las
“picadas” ni ante las adversidades que en su luchar diario a través de los
años, experimenta resignado sin desfallecer, sin pesimismo para volver muy
pronto a comenzar de nuevo como si recién empezara.
En una serie de hechos
recorriendo el tiempo ido para confrontarlo con el presente , por un deseo que
si no es precisamente historiar la trayectoria de este hombre, ha de ser, por
lo menos, una versión ajustada a la realidad, en mérito a esa infatigable
vocación de trabajo. Ubicaremos a Don Esteban Roulet, en los albores de la
Industria Madre, allá por febrero de 1917 en la localidad de Candelaria trabajando
para su primo Eugenio Lagier como capataz de yerbales a 40 pesos mensuales.
Recién llegado de Suiza, su
Patria, Don Esteban Roulet hace contacto con la tierra colorada y, junto a
criollos y extranjeros, se va arraigando con las cosas nuestras porque en su
espíritu hay esperanzas de paz, trabajo y prosperidad. Transcurre tres años y
su afán de independencia lo lleva a trabajar sólo por su cuenta en plantaciones
y secanza de yerba. Ya en 1925 hace su primer aporte al progreso de Misiones
inventando el sapecador a cilindro tejido, con fuego debajo, para qué tres años
más tarde, superando su primer invento, patentar el primer sapecador con
cilindro de chapa y boca de fuego indirecta, con alimentación de la yerba por
tornillo sin fin. Pero la acción constructiva de Don Esteban Roulet, siempre
con el anhelo de mejorar la industrialización de la yerba mate, culmina con la
invención del primer secadero con sistema de cinta que muy pronto habría de
significarle a Misiones un valioso aporte a su economía.
Don Esteban Roulet, siempre
inquieto, alcanza a secar, en secaderos propios, hasta 4.000.000 de kilos de
yerba, industrializando más de 10.000.000 de kilos de producción ajena.
En el período de 1937 al 38,
durante la crisis de la yerba mate, Don Esteban Roulet sufre el primer y gran
revés de su vida en Misiones con la pérdida total de sus bienes. Pero la
adversidad no lo desanima. Muy por el contrario, su espíritu de lucha lo
empuja, años más tarde, por el Alto Paraná, desvinculándose completamente de la
yerba mate para levantar en Mado, su primer obraje. Tras iniciar grandes
plantaciones de pinos comienza en 1950 con una nueva empresa. En el mismo
corazón del monte, en Tobuna, construye una fábrica de madera terciada,
arrendando otra en Pinares Misioneros, cerca de Bernardo de Irigoyen, para dar
trabajo en ambas, a más de cien personas con una producción anual superior a
los 1.300 metros cúbicos.
Don Esteban Roulet, ya
arraigado en nuestro medio desde hace muchos años, ha contribuido y contribuye
con su esfuerzo en la evolución económica y social de nuestro medio, habiéndose
ganado por su constancia y espíritu de empresa, el respeto y simpatía de todos,
porque su persona, sin lugar a dudas, esta moldeada en el crisol de los hombres
de lucha”.
NOTA
:
Allí donde tanto hizo por Eldorado, cercano a la Ruta Nacional 12 y el arroyo
Pomar, se constituyó por mérito a su lucha y por decisión de los vecinos, el
“Barrio Roulet” que con ese nombre perdura en el tiempo. Para el retorno a la
democracia, allá por 1984, justamente en su homenaje, se descubrió un busto a
su memoria con la presencia, entre otros, de su hijo, Jorge, más conocido por
“Yuyo Roulet” y su nuera, la arquitecta Alba Barreyro, él como secretario legal
y técnico de la presidencia de la Nación del doctor Alfonsín y ella, como
vicegobernadora de la provincia de Buenos Aires.
“Yuyo Roulet, durante la
época brava del gobierno del General Perón, en los años de la década de los 50,
fue presidente nada menos que de la Federación Universitaria Argentina (FUA),
con sede en la Ciudad de Buenos Aires y yo, que estudiaba medicina, era
invitado por él a las reuniones que, dado el rigor de la época, se hacían en forma clandestina.
EMOTIVO HOMENAJE.
ESCRITOS DE MEMORIAS SOBRE BARRIO ROULET POR EL SR .Barreto-